Mi Experiencia en la Carrera Monumental de Segovia
¿Cuántas veces has pensado este año empiezo a correr, o quiero participar en una carrera? Es fácil distraerse con las obligaciones laborales, viajes de trabajo y responsabilidades familiares.
Te cuento mi experiencia en la última carrera de 10K en la ciudad monumental de Segovia que para mí es siempre especial porque es mi ciudad natal.
Además, te presento el modelo SMART para ponerse metas a largo plazo y conseguirlas.
Las experiencias únicas en una carrera…
El apoyo social: Mi hermano Luis es el que se encarga de avisarme cuando es la carrera. Ya es una tradición familiar, nos registramos juntos. Y el sábado antes de la carrera recoge los dorsales y planificamos el día siguiente.
Comienza la ilusión y los preparativos la noche anterior. Mirar la previsión del tiempo que va a hacer y determinar el horario para el calentamiento y disfrutar del ambiente.
El ambiente: Cuando veo a tanta gente me hace ilusión simplemente estar ahí.
No te voy a negar que me gustaría ganar y subir al pódium, pero siempre pienso que es muy difícil.
Veo a los demás corredores con mucha admiración e intento competir sólo conmigo misma. Hacerlo un poco mejor que la carrera anterior, o por lo menos igual.
El principio de la carrera: Regular las fuerzas – este es el consejo que siempre he recibido de mis entrenadores. Pero es fácil dejarse llevar al principio por la adrenalina y quedarte sin fuerzas a la mitad.
Esto me ha pasado alguna vez. Es bueno conocer el recorrido para poder dosificar las fuerzas.
Esto es muy aplicable a la gestión de otros proyectos en nuestra vida y en la empresa.
Muchas personas comienzan con mucha ilusión un proyecto, pero se desaniman rápido.
La procrastinación – ir dejando las tareas para más tarde, es un problema muy frecuente.
Planificar la carrera de forma estratégica te va a ayudar a organizar también otros proyectos.
El muro en la mitad: Alrededor del kilómetro 5-6 empieza la voz interior a decirte – pero ¿por qué estás sufriendo así? ¿Por qué no lo dejas? Párate y descansa.
Esta voz interior que pone en duda lo que estás intentando conseguir es muy alta.
En estos momentos de flojedad es cuando más necesitas a alguien al lado que te da esas palabras de ánimo o la gente aplaudiendo cuando pasas.
¿Sabías que existe este muro en la mitad de todos los proyectos?
Muchos estudios muestran que los equipos de trabajo, por ejemplo, comienzan a dudar de sus resultados y objetivos justo en la mitad del plan.
Me encanta acabar con un sprint la carrera. Es señal de que todavía quedan fuerzas y de que la meta está más cerca que nunca. La carrera no termina hasta el último metro.
Esta actitud de terminar lo que has empezado lo mejor posible es también una valiosa lección para otros ámbitos de la vida y el trabajo.
Los últimos detalles de un proyecto pueden marcar la diferencia y la excelencia. El último sprint en la meta puede darte la victoria.
El pódium: Cualquiera que haya participado en una competición te dirá que el verdadero premio es acabar.
Cuando acabas, sientes la satisfacción de haber completado tu objetivo y este es el premio más valioso porque viene de tu interior.
Claro que hace mucha ilusión subir al pódium porque es una validación externa de que has cumplido tus objetivos. Doblemente satisfactorio cuando estás rodeada de personas con las que compartir esa alegría y te animan para seguir entrenando y dar lo mejor de ti misma.
El entrenamiento detrás del éxito: La carrera es el final de un plan largo de entrenamientos planificados que incluyen 3 días de carrera y 2 días de fuerza a la semana, prácticamente durante todo el año.
Para esta ocasión, no pude entrenar la carrera lo suficiente por viajes de trabajo. Por lo tanto, las últimas dos semanas aumenté a 4 días la carrera para compensar.
¿Cuáles son las claves para conseguir metas a largo plazo?
¡Las metas SMART!
Los estudios han investigado que la razón fundamental por la que no conseguimos metas a largo plazo es la procrastinación.
Para que se adquiera un nuevo hábito necesitamos practicarlo muchas veces y de forma constante.
Cuando repetimos una conducta, por ejemplo, ir al gimnasio todos los días durante una hora, nuestro cerebro crea nuevas conexiones neuronales.
Y esto lo consigues con metas SMART.
Te lo explico en este video:
Específico: Responde a estas preguntas: qué voy a hacer, dónde, con quien, cuando, etc.
Por ejemplo, para una dieta saludable: voy a comer verdura una vez al día; para ampliar mi networking en el trabajo: voy a comer con un compañero una vez a la semana; para reducir el estrés: voy a practicar meditación 10 minutos al día.
Medible: Por ejemplo, para reducir el estrés: voy a utilizar una app con bio-feedback que mida los niveles de estrés. Así vas a saber qué situaciones y qué personas son las que te suben el cortisol.
Alcanzable: Busca una meta lo suficientemente pequeña que puedas empezar mañana mismo.
Por ejemplo, practicar mindfulness al menos 5 minutos. Partido a partido. Carrera a carrera.
Relevante: La meta debe ser consistente con tus valores y tus objetivos a largo plazo.
Por ejemplo, mejorar tu salud física, salud emocional o prosperar en tu carrera profesional.
Temporal: Voy a correr la próxima carrera popular de 5km en 3 meses.
La figura de arriba muestra gráficamente que hay un punto de rendimiento óptimo entre la dificultad de la meta y el rendimiento – descubre tu “sweet spot.”
¿Cuál es tu siguiente meta SMART?
¡Gracias y te leo en comentarios!!
Soy Margarita Mayo, doctora en psicología organizacional especializada en liderazgo y dirección de equipos. Compagino mi trabajo de profesora del IE con el de executive coach y consultora. Apasionada de la divulgación científica y escritora prolífica. Siempre dispuesta a aportar mi conocimiento a la nueva generación de ejecutivos y equipos de dirección.
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