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Test para detectar el narcisismo

Para ayudarte a detectarlos, te presento una escala adaptada de la investigación de Daniel Jones y Delroy Paulhus, de la Universidad de British Columbia en Canadá, que explico con más detalle en mi libro Confianza: La revolución del liderazgo auténtico.

1 = Muy en desacuerdo | 2 = En desacuerdo | 3 = Neutral | 4 = De acuerdo | 5 = Muy de acuerdo

Narcisismo vs Autenticidad

Mientras que un líder auténtico reconoce tanto sus fortalezas como sus limitaciones con humildad, el ego-líder construye una versión inflada de sí mismo… y luego se obsesiona por defenderla.

Los líderes con altos niveles de narcisismo no solo buscan brillar, sino hacerlo a costa de los demás. Fomentan la competitividad tóxica, dificultan la colaboración y acaban saboteando la confianza dentro del equipo.

Y lo más peligroso: muchas veces parecen exactamente lo que creemos que un líder debe ser.

Por qué entender el liderazgo narcisista

En muchas organizaciones, seguimos premiando la imagen por encima del impacto. No es de extrañar que líderes con un ego inflado consigan ascender: proyectan seguridad, inspiran admiración… pero en realidad, están más centrados en proteger su estatus que en empoderar a su equipo.

Este estilo de liderazgo —lo que llamo ego-liderazgo— no se detecta al principio, sino que sus efectos se sienten gradualmente a largo plazo: erosiona la confianza, crea un clima laboral competitivo y debilita la cultura organizacional desde dentro.

No hablamos de un trastorno clínico, pero sí de un patrón de liderazgo reconocible: rasgos narcisistas que contaminan la forma de liderar.

Cómo funciona el liderazgo narcisista

Nos fascinan los superhéroes. Y esa fascinación nos hace vulnerables. Vulnerables a líderes narcisistas que parecen visionarios, pero en realidad solo están interpretando un papel.

El problema con los líderes narcisistas es que no se presentan como villanos.
Al principio, parecen justo lo contrario.

Su arma secreta no es el poder. Es el encanto.

Primero te seducen con carisma, amabilidad y atención. Esta fase de “enamoramiento” es peligrosa porque te gana emocionalmente. Y una vez que te tiene cerca, empieza a pedir tu lealtad… y tus recursos: información, contactos, estatus.

Después llega el verdadero juego: manipulación emocional. El gaslighting (luz de gas -hacerte dudar de tu propia percepción) es solo una de sus tácticas favoritas. Si intentas poner límites, te castigan con indiferencia o desprecio. Y cuando ya no les sirves, simplemente te descartan.

El liderazgo narcisista no empieza con gritos o abuso de poder. Empieza con carisma.
Los narcisistas suelen proyectar una imagen brillante: seguros, ambiciosos, decididos. Pero lo que hay detrás es más oscuro.

Según la Asociación Americana de Psiquiatría, las personas con rasgos narcisistas tienen una visión grandiosa de sí mismas, una necesidad excesiva de admiración y una escasa empatía por los demás. Saben manipular, tergiversar la verdad y usar su encanto para ganarse la confianza… antes de usarla en su propio beneficio.

Y lo más alarmante es que esta fachada funciona.

¿Por qué? Porque encajan con nuestro estereotipo de líder: seguro, dominante, carismático.

El problema es que hay un coste importante: menor confianza, más rotación de talento, y culturas donde la competencia va por encima de la colaboración.

 

5 señales claras de un líder narcisista:

  1. Tiene una imagen inflada de sí mismo.
    Se comporta como si fuera superior, necesita admiración constante y suele rodearse solo de gente con estatus. Todo para reforzar su fachada de éxito.
  2. Carece de empatía.
    Puede parecer encantador en la primera impresión, pero a largo plazo sus relaciones se deterioran. No conecta emocionalmente porque solo le interesas si le eres útil.
  3. Promete lo extraordinario, pero no lo entrega.
    Construye visiones espectaculares que parecen inspiradoras… hasta que descubres que no hay sustancia detrás. Sobreestima sus capacidades y subestima las de los demás.
  4. Tiene una doble cara.
    En público es simpático, brillante y seductor. En privado puede ser sarcástico, frío o agresivo. Su verdadero “yo” aparece cuando no necesita impresionarte.
  5. No cumple lo que dice.
    Hace promesas vacías, manipula la información y distorsiona la realidad para proteger su estatus. Incluso puede frenar el crecimiento de otros si siente que amenazan su protagonismo.

 

La estafa narcisista

¿Por qué nos siguen fascinando los líderes que nos acaban decepcionando?

Netflix lo ha entendido perfectamente. En los últimos años ha convertido el narcisismo en un fenómeno cultural, con series que exploran el brillo superficial de figuras carismáticas… justo antes de su caída.

El estafador de Tinder (2022) es un claro ejemplo. Simon Leviev no tenía una empresa de diamantes, ni un apellido legendario. Tenía algo más poderoso: una imagen cuidadosamente construida para inspirar admiración. Su historia no es solo la de un fraude amoroso, sino la de cómo el narcisismo puede convertirse en una herramienta de manipulación masiva.

Algo parecido ocurre en The Dropout, la miniserie en la que Amanda Seyfried (Emmy incluido) encarna a Elizabeth Holmes, fundadora de Theranos. Holmes prometía una revolución médica, una gota de sangre que lo cambiaría todo. Y durante un tiempo, la creímos. Dejó Stanford, vestía como Steve Jobs y hablaba como una salvadora. Pero detrás de esa narrativa inspiradora había promesas vacías, ciencia manipulada y un liderazgo construido sobre el ego, no sobre la verdad.

Te recomiendo ver ambas historias. No solo porque son buenas series, sino porque muestran con claridad cómo opera el ego-liderazgo: seduce, convence, promete… y destruye.

Holmes no solo arruinó su empresa. Rompió la confianza de empleados, inversores y pacientes. Y eso es lo que hace el narcisismo en el poder: brilla rápido, pero quema todo a su paso. El verdadero liderazgo no se construye con frases brillantes ni con carisma de escenario, sino con autenticidad, propósito y humildad. Todo lo que un egolíder trata de imitar… sin conseguirlo.

Conclusión

El objetivo de saber si tu jefe es un narcisista no es etiquetar, sino observar y tomar conciencia. Un liderazgo basado en el ego puede pasar desapercibido durante un tiempo, pero a la larga deteriora tu autoestima, la confianza, frena la colaboración y reduce el rendimiento del equipo. Por el contrario, un liderazgo auténtico crea entornos de crecimiento, conexión y propósito compartido.

Si tras completar esta evaluación de liderazgo narcisista crees que trabajas con un ego-líder, recuerda: protégete, mantén tu identidad profesional y busca apoyo si lo necesitas. Y si lideras a otros, aprovecha esta reflexión para mirar también hacia dentro: el buen liderazgo empieza con autoconciencia.

Porque liderar no es brillar más que los demás, sino hacer que otros brillen contigo.

SOBRE MI

MargaritaMayo

Doctora en Psicología Empresarial por la State University of New York (Buffalo)Fulbright Scholar en Harvard University, Master en Psicología por Clark University y Profesora en IE University. Conferenciante internacional y escritora premiada, apasionada por transformar líderes y organizaciones a través de la autenticidad, el bienestar y el cambio positivo. Autora de «Confianza» y experta en liderazgo, transformación personal y desarrollo del talento.

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